“Muchas veces no estoy de acuerdo con lo que digo”: la entrevista de David Bowie y William Burroughs
En 1974, la revista Rolling Stone reunió al hombre de “Starman” con el
autor de “El almuerzo desnudo” en la casa del cantante en Londres. En la
conversación, compararon Nova Express con Ziggy
Stardust y hablaron de amor, sexo, lecturas e influencias, así como de
Warhol, Jagger y Kerouac.
William Seward Burroughs es poco hablador. En una ocasión durante una cena
se acercó a los micrófonos preparados para registrar cualquier sonido que
saliera de su boca y todo lo que dijo fue: “No me gusta hablar y no me gusta la
gente parlanchina. Como a Ma Baker. ¿Se acuerdan de Ma Baker? Pues eso es lo
que ella solía decir: a Ma Baker no le gusta hablar y no le gustan los
parlanchines. Simplemente se sentaba aferrada a su arma”.
Eso tenía en mente, así como la misteriosa personalidad de Bowie cuando un
taxista irlandés nos llevaba a Burroughs y a mí a casa de Bowie un 17 de
noviembre (“Gente extraña por esta parte de Londres, viejo”). Me había pasado
las semanas anteriores preparando este encuentro entre ambos. Le pasé a Bowie
todas las novelas de Burroughs. Solo tuvo tiempo de leer Nova Express.
En cuanto a Burroughs solo había escuchado dos temas de Bowie, “Five years” y
“Starman”, aunque había estado leyendo las letras de todas las canciones.
La casa de Bowie está decorada como si de una película de ciencia ficción
se tratara: una pintura gigantesca de un artista a medio camino entre Salvador
Dalí y Norman Rockwell preside un sofá de plástico. Un contraste grande con el
humilde piso de dos habitaciones de Burroughs en Picadilly, decorado con fotos
de Brion Gysin –modestas estancias para un escritor de tanto éxito, más como el
Hotel Beat de París que cualquier otra cosa.
Enseguida nos recibe Bowie, que lleva puestos unos pantalones NASA enormes
y tricolor. Nos habla del cuadro con una descripción detallada añadiendo sus
atributos surrealistas. Burroughs asentía y la conversación/entrevista comenzó.
Los tres nos sentamos en una habitación durante un par de horas, charlando y
almorzando: un plato de pescado jamaicano, preparado por un jamaicano de la
corte de Bowie, acompañado con paltas y gambas y un Beaujolais joven, servido
todo por dos Bowietes interestelares.
Hubo respeto y aprecio mutuo de inmediato. De hecho, unos días después de
la conversación Bowie le pidió un favor a Burroughs: una producción de Las
Criadas, escenificada por Lindsay Kemp, el antiguo profesor de mimo de
Bowie, había sido clausurada por el editor londinense de Jean Genet. Bowie
quería contactar con Genet para hablar personalmente del asunto. A Burroughs le
impresionó la descripción de Bowie de la producción y le prometió hacer lo que
estuviera en su mano para ayudar. Unas semanas más tarde Bowie viajó a París en
busca de Genet por intersección de Burroughs. ¿Quién sabe? Quizás una
colaboración ha comenzado; quizás, como dice Bowie, puede que sean los Rodgers
y Hammerstein de los 70’s.
Burroughs: ¿Te diseñas todas tus cosas?
Bowie: Sí, tengo que tener yo el control total. No puedo dejar que alguien
se encargue de mis cosas, encuentro que soy el que mejor puede entender mi
mundo. No quiero que otra gente juegue con lo que piensan que pretendo hacer.
No me gusta leer lo que otra gente escribe sobre mí. Prefiero leer lo que los
chicos tienen que decir sobre mí, ya que no pretenden hacerlo de una manera
profesional.
La gente suele buscar en mí algo así como el emblema de los 70’s, al menos
la mitad de la gente. Los críticos no lo pillan. Se ponen demasiado
intelectuales. No son muy versados en el idioma de la calle, le dan muchas
vueltas a las cosas para decir algo. Tienen que hablar como el diccionario y se
toman muchos esfuerzos para decir algo.
Fuí a una escuela de clase media, pero mis orígenes son de clase
trabajadora. Así que estoy influenciado por lo mejor de ambos mundos, he sido
testigo de las dos clases, así que me hago una idea de cómo vive la gente y por
qué. Puede que no sea muy bueno articulándolo, pero el feeling está ahí. Pero
aún no tengo mucha idea de la clase alta. Quiero conocer a la Reina y entonces
me haré una idea. ¿Cómo te tomas el retrato que hacen los demás de tí?
Burroughs: Intentan clasificarte. Quieren ver su idea sobre uno y si no lo
ven les frustra. Escribir es comprobar lo máximo que puedes acercarte a que eso
se convierta en una realidad, ese es el objetivo de todo arte. ¿Qué más creen
que pretende el hombre, un predicador borrachín con una misión en la que no
cree? Creo que lo más importante en el mundo es que los artistas deberían
hacerse con el planeta porque son los únicos que pueden hacer que las cosas
ocurran. ¿Por qué deberíamos permitir que estos periodistas politicuchos ocupen
nuestro lugar?
Bowie: Yo puedo cambiar de forma de pensar con mucha frecuencia. Muchas
veces no estoy de acuerdo con lo que digo. Soy un tremendo mentiroso.
Burroughs: Yo también.
Bowie: No estoy seguro si soy yo el que cambia de forma de pensar o si es
que miento mucho. Es algún lugar entre ambas cosas. No es exactamente que sea
un mentiroso, cambio de forma de pensar todo el tiempo. La gente suele hacerme
enfrentar con cosas que dije y suelo repetir que no significaba nada. No te
puedes quedar aferrado a una idea fija toda tu vida.
Burroughs: Solo los políticos dejan una idea de lo que piensan y se aferran
a eso. Mira alguien como Hitler, nunca cambió de forma de pensar.
Bowie: Nova Express me recordó mucho a Ziggy
Stardust, que pronto estará en los teatros como una obra con cuarenta
escenas. Estaría bien que los personajes y los actores aprendieran todas las
escenas y las barajáramos en un sombrero en el momento de la actuación y las
interpretáramos como el azar decidiera ese día. Eso lo he sacado de ti, Bill…
para que pueda cambiar cada noche.
Burroughs: Es una buena idea, recortes visuales en una secuencia diferente.
Bowie: Me aburro rápido y eso le daría una energía extra. Soy un poco de la
vieja escuela en el sentido de que cuando un artista publica un trabajo ya no
le pertenece… Solo veo lo que la gente hace de él. Por eso la producción
televisiva de Ziggy Stardust tendrá que exceder las
expectativas de la gente sobre lo que piensan de Ziggy.
Burroughs: ¿Puedes explicar esta imagen tuya de Ziggy Stardust?
Desde mi perspectiva tiene que ver con el mundo en un ciclo de destrucción
dentro de cinco años.
Bowie: El tiempo es cinco años antes del fin de la Tierra. Se anuncia que
el mundo terminará por la falta de recursos naturales. Ziggy está en una
posición en la que los chicos tienen acceso a cosas que creen que necesitan. La
gente mayor ha perdido todo contacto con la realidad y los chicos andan
desvalijándolo todo. Ziggy estaba en una banda de rock’n’roll y a los chicos ya
no les interesa el rock’n’roll. No queda electricidad para poder tocar. El
consejero le dice a Ziggy que recopile las noticias y las cante, porque ya no
hay noticiero. Así que Ziggy se dedica a eso, y son unas noticias terribles.
“All The young dudes” es una canción sobre las noticias. No es un himno de
juventud como la gente suele pensar. Es totalmente lo contrario.
Burroughs: ¿De dónde salió esta idea de Ziggy y eso de los cinco años? Por
supuesto, el agotamiento de los recursos naturales no será la razón del fin del
mundo. Vendrá el colapso de la civilización. Y reducirá la población en tres
cuartas partes.
Bowie: Exacto. Eso no causa el fin del mundo para Ziggy. El fin llega
cuando se enfrenta a los infinitos. Representan lo que sería un agujero negro,
pero los he convertido en gente porque sería muy duro interpretar un agujero
negro en escena.
Burroughs: Sí, un agujero negro en escena sería un enorme gasto. Y sería
una actuación sin fin, primero comiéndose Shaftesbury Avenue.
Bowie: Los infinitos le aconsejan a Ziggy en sueños escribir sobre la
llegada de un hombre de las estrellas, así que escribe “Starman”, que es la
primera noticia esperanzadora que la gente puede oír. Así que se aferran a eso
inmediatamente. Los hombres de las estrellas a los que se refiere son los
infinitos. Y son saltadores de agujeros negros. Ziggy habla sobre un increíble
hombre del espacio que vendrá para salvar a la Tierra. Llegan primero a algún
lugar del Greenwich Village. No le simporta el mundo y no sirven de ayuda para
nada. Solo llegan aquí saltando agujeros negros. Viajan siempre de universo en
universo. En el escenario uno se parece a Brando, otro es un negro de Nueva
York, incluso hay uno llamado Reinona la Zorra Infinita.
Entonces Ziggy empieza a creer en todo eso y se cree un profeta del futuro
Starman. Llega hasta alturas espirituales considerables e idolatrado por sus
discipulos que lo mantienen vivo. Cuando llegan los infinitos, adoptan partes
de Ziggy para hacerse reales porque en su estado original son anti-materia y no
pueden existir en este mundo. Y lo hacen pedazos en el escenario durante
“Rock’n’roll Suicide”. Cuando Ziggy muere en escena los infinitos cogen sus
partes y se hacen visibles. Es una fantasía de ciencia ficción actual y eso es lo
que me sobrecogió cuando leí Nova Express, que escribiste en 1961.
¡Quizás somos los Rodgers y Hammerstein de los 70s, Bill!
Burroughs: Sí, eso lo puedo creer. Los paralelismos están ahí, y suena
bien.
Bowie: Tengo que tener la escena completa de una obra teatral. Tiene que
ser íntegro para mí. No me contento solo con unas canciones, quiero que sea
tridimensional. La escritura de canciones se ha quedado un poco arcaico para
mí. Solamente escribir una canción no me satisface.
Burroughs: Es toda la escena, no solo alguien sentado al piano tocando una
pieza.
Bowie: Una canción tiene que tener su personalidad, su forma, su figura e
influenciar a la gente a tal punto que la puedan aplicar a sus propios
recursos. Debe afectarles no solo como una canción, sino como un estilo de
vida. Las estrellas de rock han asimilado todo tipo de filosofías, estilos,
historias, escritos, y lanzan lo que han reciclado de todo eso.
Burroughs: La revolución vendrá de ignorar a los que no existen.
Bowie: Realmente. Ahora tenemos gente que hace que las cosas ocurran de
forma más rápida. La gente que sigue bandas como Alice Cooper, New York Dolls o
Iggy Pop reniegan total e irrevocablemente de la existencia de los Rolling
Stones y los Beatles. El salto ha decrecido de veinte años a una década ahora.
Burroughs: El rango escalonado del cambio. Los medios son realmente
responsables de todo eso. Que produce además un efecto incalculable.
Bowie: Hace un tiempo, incluso cuando yo tenía 13 o 14 años, para mí cuando
tenías entre 14 y 40 años eras viejo. Básicamente. Ahora diría que entre los
que tienen 18 y 26 años puede haber serias discrepancias, lo que es un poco
alarmante. No nos interesa que la gente se junte, sino cuánto nos queda.
Posiblemente sería muy aburrido si las mentes estuvieran en sintonía. Me
interesa más si el planeta va a sobrevivir.
Burroughs: En realidad, sucede lo contrario; la gente se distancia más y
más.
Bowie: La idea de las mentes unidas me chirría del periodo flower power. La
idea de la gente unida, lo encuentro obsceno como principio. No es humano. No
es una cosa natural como otros nos hacen creer.
Copetas: ¿Y qué pasa con el amor?
Burroughs: Uff.
Bowie: No me entusiasma mucho la palabra “amor”.
Burroughs: A mí tampoco.
Bowie: Me hicieron creer que estaba muy bien enamorarse, y ese periodo no
significó nada para mí. Di demasiado de mi tiempo y energía a otra persona y me
correspondieron y empezamos a quemarnos totalmente. Y eso es lo que llaman
amor… que decidamos poner todos nuestros valores sobre otra persona. Es como
dos escalones, cada uno queriendo ser el otro escalón.
Burroughs: No creo que “amor” sea una palabra útil. Se predica que una cosa
llamada “sexo” y una cosa llamada “amor” son distintas. Como las expresiones
primitivas del viejo Sur cuando la mujer está en un pedestal, y el hombre
valora a la mujer y va y se folla a una puta. Es primigeniamente un concepto
del Oeste y se extendió luego eso del movimiento flower power de
amar a todo el mundo. No puedes hacer eso porque los intereses son muy
distintos.
Bowie: La palabra está equivocada. Sin duda. Es la forma en que entiendas
el amor. El amor que ves, entre la gente que dice “estamos enamorados”, es una
cosa que está bien… pero no querer estar solos, querer relacionarse con la otra
persona durante unos años no es a menudo el amor que sucede en la vida de esa
gente. Hay otras palabras, no estoy seguro si una palabra. Amor es todo tipo de
relación que se te ocurra… Estoy seguro que quiere decir relación, todo tipo de
relación que se te pueda ocurrir.
Copetas: ¿Y la sexualidad? ¿Hacia dónde va?
Bowie: La sexualidad y hacia dónde va es una cuestión extraordinaria,
porque no veo que vaya hacia ningún sitio. Sé lo que vale para mí, y eso es
todo. No va a salir de la nueva campaña de publicidad de éxito de este año.
Solo está ahí. Todo lo que se te ocurra sobre la sexualidad está por ahí.
Quizás haya formas diferentes de sexualidad, quizás les dé por experimentar
más. Como por ejemplo hace un tiempo era impensable ser homosexual
públicamente. Ahora está aceptado. La sexualidad nunca cambiará, porque la
gente ha estado follando a su particular manera desde que empezaron los tiempos
y continuará así. Es solo que esas prácticas se aceptarán, incluso se
convertirán en algo puritano.
Burroughs: Hay señales de que irá en esa dirección en años venideros, un
contragolpe.
Bowie: Oh sí, mira el negocio del rock. Pobre Clive Davies. Le pillaron
fugando dinero e incluso había temas de drogas ahí. Y eso ha hecho que el
negocio de las discográficas se haya vuelto más puritano. Empiezan a echar a
algunos artistas.
Me atrae sexualmente un montón de gente diferente. Y la gente que me suele
comprender mejor son los que yo suelo comprender mejor. Lo que no es mucho
decir, porque yo sigo buscándome. No sé, la gente con la que siento más en
consonancia con mis pensamientos es la gente que más me erotiza. Pero la gente
que sabe poco de mí es la gente que más me valora sexualmente.
Pero, de nuevo, quizás es el desinterés con el sexo a una cierta edad,
porque la gente que normalmente se me suele acercar es mayor. Y la gente que me
valora sexualmente es generalmente joven. La gente joven se acerca a las letras
de las canciones con un punto de vista diferente, en un sentido más físico, que
es lo que yo más valoro. Porque así es como yo entiendo la escritura,
especialmente la de William. No me pongo a analizar demasiado y a ver lo que
quiere decir, pero desde el punto de vista sensorial encuentro un palacete
festivo de formas extrañas, colores, sabores, sentimientos.
Debo confesar que hasta ahora no he sido un lector ávido del trabajo de
William. No pasé de Kerouac, si soy sincero. Pero cuando eché un vistazo a tu
trabajo no lo podía creer. Sobre todo al leer Nova Express, podía
identificarme con eso. Mi ego obviamente me llevó al capítulo “Pay Colour”, y a
partir de ahí comencé a pasar de una estrofa a otra por todo el libro.
Burroughs: Tus letras son muy perceptivas.
Bowie: Son un poco de clase media, pero está bien, porque soy de clase
media.
Burroughs: Es algo sorprendente que unas letras tan complicadas hayan
cautivado a grandes audiencias. El nivel de exigencia del pop normalmente es
cero, como lo de “Power to the people”.
Bowie: Estoy seguro que el público que tengo escucha las letras.
Burroughs: Eso es lo que me interesa… ¿entienden las letras?
Bowie: Bien, primero es solo una cosa mediática y luego se sientan y hacen
el esfuerzo. Al nivel que las leen las entienden, porque se hacen sus propias
imágenes de lo que les cuento, lo que está suficientemente bien para mí porque
ni yo estoy seguro. Hay veces que he escrito algo y me vuelve en forma de carta
de un chico que expone lo que le ha transmitido y me toca tan profundo su
análisis que me convence incluso a mí. Escribir lo que mi público me dice que escribo.
Lou Reed es el escritor más importante del rock actual. No por lo que dice,
sino por la dirección que le da. La mitad de las bandas no existirían si no
fuera por Lou. La influencia de Lou es enorme. Nueva York es Lou. Escribe a un
nivel callejero y los ingleses tienden a intelectualizar más.
Burroughs: ¿Cuál es tu inspiración para escribir? ¿Literaria?
Bowie: No creo.
Burroughs: Bueno, he leído ese “Eight Line Poem” tuyo y es muy T. S. Eliot.
Bowie: No he leído nada de él.
Burroughs: (Ríe) Tiene muchas reminiscencias de La tierra baldía.
¿Sacas algunas ideas de los sueños?
Bowie: Frecuentemente.
Burroughs: El setenta por ciento de lo mío viene de sueños.
Bowie: Hay algo que, si te vas a dormir y mantienes los codos elevados,
hace que no salgas del estado de los sueños. Y lo he usado mucho para soñar más
que si solo estás relajado.
Burroughs: Sueño mucho, y como duermo con luz, me despierto, anoto unas
palabras y me hacen recordar todo después.
Bowie: Yo guardo una grabadora al lado de la cama y si me viene algo lo
grabo. En cuanto a la inspiración no ha cambiado mucho desde que tenía unos 12
años. Cuando iba a la escuela tenía un hermano que me dejó On the road (Jack
Kerouac) para leer y es todavía una gran influencia.
Copetas: Las imágenes que transpira son muy gráficas, casi como un cómic.
Bowie: Uh, sí, encuentro mucho más fácil escribir en esas viñetas, si
intento ponerme más espeso me encuentro fuera de mi liga. No puedo contenerme
en lo que digo. Además, si me pongo más espeso no hay tiempo para leer tanto, o
escuchar tanto. No tiene sentido… hay tanto que leer y mirar. Si la gente le
dedica tres horas a la lectura de lo que has hecho, entonces se toman siete
para analizarlo y saldrán con siete horas de sus propias conclusiones… y si le
das 30 segundos de tu propia cosecha aún así saldrán con siete horas de sus
propias conclusiones. Usan tus ideas como anzuelo y pontifican los anzuelos. El
sentido de inmediatez de la imagen. Las cosas tienen que golpear de inmediato.
Esa es una de las razones por las que me interesa el video, la imagen tiene que
golpear de inmediato, adoro el video y todo el proceso de montaje.
¿Cuáles son tus proyectos actuales?
Burroughs: Actualmente estoy intentando abrir un centro de estudios
avanzados en algún lugar de Escocia. Su objetivo será extender y alterar la
conciencia en una dirección superior, flexibilidad y efectividad en un tiempo
en que las doctrinas tradicionales han fracasado en darnos soluciones viables. Ves,
el advenimiento de la era espacial y la posibilidad de explorar otras galaxias
y contactar con formas alienígenas nos posiciona en la urgencia de dar con
soluciones posibles. Consideraremos solo métodos no-técnicos, con énfasis en
métodos de combinación, síntesis, interacción y rotación usados en el Este y
Oeste junto con métodos que en el presente no se usan para extender la
conciencia o aumentar el potencial humano.
Sabemos exactamente qué hacer y cómo hacerlo. Como he dicho, no planeamos
ningún experimento con drogas y no permitiremos otra cosa que no sea alcohol,
tabaco y medicación personal obtenida por receta.
Básicamente, los experimentos propuestos no son caros y son fáciles de
llevar a la práctica. Cosas como la meditación estilo yoga y ejercicios,
comunicación, sonido, luz y experimentos fílmicos, experimentos con campanas de
privación sensorial, pirámides, generadores psicotrónicos y acumuladores del
orgón de Reich, experimentos con infrasonido y experimentos del sueño.
Bowie: Suena fascinante. ¿Estás interesado en las fuerzas de la energía?
Burroughs: Expansión de la conciencia que eventualmente conduce a
mutaciones. ¿Has leído Viaje fuera del cuerpo(Robert Monroe)? No es
un libro común de proyección astral. Un hombre de negocios yankee se encontró
teniendo experiencias fuera del cuerpo y nunca había usado drogas alucinógenas.
Ahora construye su air force astral. La cosa psíquica es ahora una fiesta en
Estados Unidos. ¿Lo experimentaste mucho cuando estuviste por allí?
Bowie: No, huí de eso conscientemente, estudiaba Budismo Tibetano cuando
era joven, influenciado de nuevo por Kerouac. El Instituto de Budismo Tibetano
era accesible así que llegué ahí para echar un vistazo. En el sótano hay un
tipo que intenta alojar en Escocia a todos los refugiados, y me involucré solo
en un plano sociológico, porque quería sacar a los refugiados de la India que
llevan una vida de mierda allí y caen como moscas debido al cambio de clima
comparado con el Himalaya.
Escocia es un buen país para ellos, y cada vez más me ha ido atrayendo su
forma de pensar, o de no-pensar, y por un tiempo me involucré una barbaridad.
Llegué hasta el punto de querer ser un monje novicio, y dos semanas antes de
dar ese paso rompí con todo, me eché a la calle, me emborraché como un animal y
nunca miré atrás.
Burroughs: Como Kerouac.
Bowie: ¿Vas mucho a los Estados Unidos?
Burroughs: No desde el 71.
Bowie: Ha cambiado, te digo, desde entonces.
Burroughs: ¿Cuándo fuistes por última vez?
Bowie: Hace como un año.
Burroughs: ¿Vistes alguna de las pelis porno en Nueva York?
Bowie: Sí, bastantes.
Burroughs: Cuando yo estuve la última vez, ví como treinta. Iba a ser parte
del Jurado del Festival Erótico.
Bowie: Las mejores eran las alemanas, increíbles.
Burroughs: A mí me gustaron las yankees. Me gusta mucho el cine… Creo que
vas a interpretar a Valentine Michael Smith en la versión fílmica de Stranger
in a strange land (Robert A. Heinlein).
Bowie: No, no me gustó mucho el libro, de hecho creo que es espantoso. Me
sugirieron que lo convirtiera en película y lo leí. Me pareció muy a lo flower
power y me dio asco.
Burroughs: A mí tampoco me gusta mucho el libro. Ya sabes, la
ciencia-ficción no suele triunfar. Parecía una nueva moda y no ha pasado nada.
Por los efectos especiales algunas películas, como 2001, tenían su gracia. Pero
todo se quedó en eso.
Bowie: Yo siento lo mismo. Ahora estoy haciendo el 1984 de
George Orwell para televisión, que es una tesis política y una impresión sobre
otro país. Algo así tendrá más impacto en televisión. Que la gente vaya al cine
parece algo arcaico. Prefiero verlo en casa.
Burroughs: ¿Te refieres a todo el concepto del público?
Bowie: Sí, es arcaico. Ningún sentido de la inmediatez.
Burroughs: Exacto, todo se remite a la imagen y como se usa.
Bowie: Exacto, me gustaría tener un canal de TV.
Burroughs: Apenas hay algún programa que merezca la pena. La TV británica
es mejor que la yankee. Lo que se les da bien a los británicos es la historia
de la naturaleza. Dieron un programa la semana pasada en el que leones marinos
se comían a los pingüinos, increíble. No hay razón para los programas idiotas,
la gente se aburre con la construcción de casas y las huelgas de mineros.
Bowie: Tiene interés durante tres segundos. Suficiente para dar paso al
próximo comentario del presentador. Y con esa premisa trabajan. Voy a poner
juntas todas las bandas que creo tienen algún valor en Estados Unidos y en
Inglaterra y hacer un programa de una hora de duración con ellas. Probablemente
la gran mayoría de gente nunca las ha oído. Dicen y hacen cosas que ninguna
otra hace. Cosas como la música de Puerto Rico en el Club Cheetah de Nueva
York. Quiero que la gente oiga a músicos como Joe Cuba. Ha hecho cosas masivas
en Puerto Rico. La música es fantástica e importante. También me gustaría
conseguir que pusieran las películas de Warhol en la televisión.
Burroughs: ¿Has coincidido alguna vez con Warhol?
Bowie: Sí, hace unos dos años me invitó a la Factory. Subimos al ascensor y
cuando llegamos arriba y se abrió la puerta nos encontramos con una pared de
ladrillos frente a nosotros. Tocamos en la pared y no podían creer quienes
éramos. Así que bajamos y subimos otra vez hasta que por fin la pared se abrió
y todo el mundo se miraba aturdido entre sí. Fue poco después de que le dispararan.
Conocí a un tipo que era un muerto viviente. Amarillo, una peluca del color
equivocado, gafas pequeñas. Extendí mi mano y el tipo se retiró, así que pensé
“Al tipo no le gusta la carne, probablemente es como un reptil”. Preparó la
cámara y me hizo una foto. E intenté hablar de cosas sencillas con él, pero la
cosa no nos llevaba a ningún sitio.
Pero entonces vio mis zapatos. Llevaba puestos un par zapatos de
amarillo-oro y me dijo: “Adoro esos zapatos”. Empezó una charla sobre diseño de
zapatos y eso rompió el hielo. Mis zapatos amarillos rompieron el hielo con
Andy Warhol.
Me encanta lo que hace. Pienso que es un tipo muy relevante, se está
haciendo muy importante. Pero a él lo que le gustaba es ponerse vulgar, estar
disponible cuando vaya a Woolworth’s y hablar de esas cosas.
He oído que quiere hacer películas serias ahora, lo que es triste porque
las películas que estaba haciendo son lo que toca ahora. Al final del día sabía
lo mismo de esa persona que antes de conocerla.
Burroughs: No creo que haya una persona ahí dentro. Es una cosa alienígena,
completa y totalmente sin emociones. Es como un personaje de ciencia-ficción.
Incluso tiene un extraño color verde.
Bowie: Eso es lo que me sorprendió. El tipo tiene un color incierto, este
tipo tiene un color nunca visto en una persona humana. Especialmente bajo esa
luz de neón de la Factory. Aparentemente es una experiencia sorprendente
contemplarlo a la luz del sol.
Burroughs: Yo lo he visto en pleno día y todavía no me hago una idea de qué
pasa ahí, excepto que es algo intencionado. No es energético, pero muy
insidioso, completamente asexuado. Sus películas serán las películas nocturnas
del futuro.
Bowie: Exacto. ¿Recuerdas Pork? Me gustaría conseguir que la
emitan en televisión. La televisión ha succionado todo lo demás, y las
películas de Warhol son todo lo que queda, lo que no deja de ser
fabuloso. Pork se convertirá en el nuevo I Love Lucy,
la gran comedia doméstica yankee. Es un reflejo de cómo vive la gente, no como
Lucy, que nunca lavaba un plato. Es sobre la gente intentando sobrevivir.
De eso va Pork. Un golpe al espectáculo. Aunque a mí me
gustaría hacer mi versión de Simbad el Marino. Creo que eso es un
clásico de todos los tiempos. Pero habría que hacerlo de una manera
extraordinaria. Sería indulgente y caro. Habría que utilizar láser y todo tipo
de tecnología para hacerlo bien. Incluso usar hologramas. Los hologramas son
importantes. El video es lo próximo, luego serán los hologramas. Los hologramas
serán importantes en unos siete años. Bibliotecas de videocassettes deberían
extenderse a lo grande. No puedes grabar suficiente material en video de la
propia televisión. Quiero poder elegir lo que veo. Tiene que haber suficiente
software disponible.
Burroughs: Yo grabo en audio todo lo que puedo.
Bowie: Los medios son o bien nuestra salvación o bien nuestra muerte. Yo
prefiero pensar que son nuestra salvación. Mi distracción particular es
descubrir lo que podemos hacer con el medio y cómo se puede usar. No puedes
juntar a la gente como si fuera una gran familia, la gente no quiere eso.
Quieren o bien aislamiento o bien una cosa tribal. Un grupo de dieciocho chicos
prefieren juntarse y odiar a los otros dieciocho chicos del barrio más cercano.
No vas a poder juntar tres o cuatros barrios y hacer que se quieran. Son
demasiada gente.
Burroughs: Demasiada gente. Estamos en una situación de sobrepoblación,
pero incluso con menos gente no sería menos heterogéneo. Simplemente no hay
personas iguales. Toda esa charla de una gran familia es un montón de patraña.
Funcionó con los chinos porque son muy uniformes.
Bowie: Y ahora uno de cada cuatro tiene bicicleta en China, lo que es
sorprendente considerando lo que no tenían antes. Y eso es un milagro si me
preguntan a mí. Es como si cada uno por aquí tuviera aviones privados.
Burroughs: Es porque son la personificación de un mismo personaje y pueden
vivir juntos sin ninguna fricción. Nosotros evidentemente no.
Bowie: Es por eso que no necesitan el rock’n’roll. Las estrellas británicas
del rock’n’roll tocaban en China, tocaban en sitios enormes, y los trataban
como si fueran un espectáculo de feria. Mujeres viejas, niños jóvenes, algunos
adolescentes, tú los nombras, todo el mundo iba, pasaba por delante, los miraba
en el escenario. No significaba nada. Ciertos países no necesitan el
rock’n’roll porque se comportan como una gran familia. China es como una figura
paterna-materna, no puedo figurarme cuál de los dos fluctúa entre los dos. Para
el Oeste, Jagger es más como una figura maternal y un símbolo maternal de todo
el movimiento. No es el gallo del corral; es más bien como la madame del
burdel.
Burroughs: Y tanto.
Bowie: Jagger es increíblemente sexy y muy viril. También lo encuentro muy
maternal con toda su movida del blues. Es un chico blanco de Dagenham intentando
ser étnico de cualquier manera posible. Ves, intentar repartir la torta del
negocio del rock es acercarse a los chicos un poco porque los chicos son como,
por lo que me encuentro, si quieres hablar en términos de rock, un montón
depende del sensacionalismo y los chicos son más sensacionalistas que las
propias estrellas. El negocio del rock es un pálido reflejo del comportamiento
de los chicos. La admiración viene por otro lado. Es al contrario,
especialmente en años recientes. Te paseas por Christopher Street y te
preguntas qué es lo que ha salido mal. La gente no tiene nada que ver con James
Taylor, pueden estar enteros por fuera, pero por dentro es otra historia.
Burroughs: La política del sonido.
Bowie: Eso. Al final hemos comprendido eso. Se ha convertido en la política
del sonido. El hecho de que ahora subdivides el rock en diferentes categorías
es algo que no será trasladable exactamente a dentro de diez años. Pero ahora
puedo diseccionar al menos diez tipos distintos de sonidos que representan diez
tipos de personas. A los críticos les gusta ser críticos, y la mayoría desean
ser estrellas del rock. Pero cuando clasifican hablan de la gente y no de la
música. Es toda una movida política.
Burroughs: Como los infrasonidos, el sonido por debajo del nivel auditivo.
Por debajo de 16 Mhz. Si lo subes a tope puede derribar muros a treinta millas.
Puedes llegarte a la oficina francesa de patentes y comprar la patente por
cuarenta peniques. La máquina incluso se puede fabricar fácilmente con cosas
que encuentras en la basura.
Bowie: Como el sonido negro. Me pregunto si hay un sonido que puede unir
cosas. Existe una banda que experimentaba con eso, aseguraban hacer un sonido
que ponía a la gente a bailar.
Burroughs: Actualmente tienen sonidos que controlan las manifestaciones
basados en las ondas de sonido. Pero puedes tener música con infrasonido, no te
hace falta matar al público.
Bowie: Solo herirlos.
Burroughs: El arma de The wild boys es un cuchillo Bowie, un cuchillo Bowie
de dieciocho pulgadas. ¿Sabías eso?
Bowie: Un cuchillo Bowie de dieciocho pulgadas… no te andas con tonteras,
¿eh? No, no sabía que esa era su arma. El nombre Bowie apareció muy temprano en
mi vida. Estaba muy metido en la filosofía cuando tenía unos dieciséis años y
quería un tópico que me sirviera para cortar con las mentiras y todo eso.
Burroughs: Bueno, corta en ambas direcciones, ya sabes doble filo al final.
Bowie: No había visto que cortaba en ambas direcciones hasta ahora.
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