lunes, 6 de abril de 2020

Q - David Quantick, Octubre de 1999


Q - David Quantick, Octubre de 1999

En lo que respecta a este mismo momento, Bowie está instalado en una sala de conferencias de su compañía discográfica en Nueva York y está de muy buen humor. A los cincuenta y dos años y medio, el antiguo David Robert Jones goza de una extraordinaria salud. Tiene el pelo rubio ceniza, largo, como el de una chica, y está vestido con un par de pantalones de apariencia elegante y costosa, y una camisa. Solo su mirada torcida insinúa que podría venir de Marte. De hecho, él vive en Bermudas, con su adorable esposa Iman, y disfruta de una relación cercana con su hijo, Duncan Haywood Zowie Jones (quien prefiere, por alguna razón, llamarse Joe)

En el curso de la próxima hora, Bowie hará todo lo que sigue: imitar a John Peel, criticar a una ciudad británica de importancia, adoptar la posición fetal, tratar de ser amable con Ricky Martin y comparar de forma negativa a Bing Crosby con una naranja. Conocido por estar de acuerdo con todo lo que diga el entrevistador, en la siguiente hora dirá “sí” doce veces y “no” solo una. 

Muchas canciones de este álbum parecen hablar sobre decisiones equivocadas y oportunidades perdidas. ¿Hasta qué punto es personal este disco?

En este álbum trato de capturar la idea de canciones para mi generación. Así que lo único que tuve que hacer fue hundirme en un estado psicológico poco feliz con la vida, cosa que en mi caso no es cierto. Tenía que crear las situaciones. Hay mucho sobre un chico enamorándose, desenamorándose y desilusionándose… En realidad, yo no he pasado por todo eso, pero fue un buen ejercicio tratar de capturar lo que veo, incluso en mis amigos, el tipo de vida media que tienen, y es de veras triste no poder hacer nada al respecto. Se sienten insatisfechos y desilusionados. 

¿Tiene algo que ver con la canción que le llama “Seven”?

Siete días para vivir, siete maneras de morir… De hecho, lo reduciría a veinticuatro horas que vivir. Estoy muy contento de tener que vérmelas con las veinticuatro horas que atravieso. No me inclino a pensar demasiado sobre el fin de semana o la semana que acaba de pasar. El presente es en realidad el lugar en el que hay que estar. 

¿Por esa razón sigues inventando géneros y moviéndote? La mayoría de la gente podría haber basado toda su carrera en uno solo de tus álbumes. 

¡Yo también! ¡Ja, ja, ja! ¡¿Por qué no me quedé con el sonido de ‘Young Americans?! Aun podría seguir haciendo eso. Oh, no sería ni la mitad de desdichado. Sería tan desdichado si me hubiera metido en un… aprieto, como solía decir mi madre. Mi querida mami: “¿Te metiste un poco en un aprieto, verdad?”. Lo decía sobre sí misma. “Estoy en un aprieto”. Creo que entonces pensaba que nunca estaría en un aprieto si fuese de esa manera. 

En “Seven” también mencionas a tus dos padres y a tu hermano Terry Jones, que paso buena parte de su vida en un psiquiátrico…

No necesariamente mi madre, mi padre y mi hermano. Es la cuestión de la unidad nuclear. Obviamente, soy totalmente consciente de cómo la gente lee entre líneas materiales como estos. Estoy seguro de que una vaca loca vendría y diría (adopta la voz que tendría una vaca loca): “Oh, esa es sobre Terry, su hermano, y él estaba muy decepcionado con esa chica, allá por 1969, o cuando sea que superó aquella relación…”. Este tipo de cosas vienen con el “paquete”, y como yo he sido un compositor elíptico, me parece que la gente se acostumbró -con bastante- razón- a interpretar mis letras a su manera. Soy solamente la persona que el mayor número de personas cree que soy. De modo que muy poco de ello tiene algo que ver conmigo; simplemente, lo hago lo  mejor que puedo con lo que tengo. A sabiendas de eso (las letras), cobran una segunda vida en el momento en que me abandonan. 


¿Qué te obligaba a decir: “Id y escuchad a Velvet Underground”?

Es el maestro que anida en mí. Me encanta introducir a la gente en cosas nuevas. Una de las cosas más importantes de ser padre es que tienes a alguien ahí al que puedes inyectarlo tus pasiones. Pobre niño. Tiendes a decirle: “Oh, quería mostrarte algo más” o “Esto te encantará…”. O sea, todos vieron ‘Viaje a las estrellas’…  “Ah, pero deberías ver lo que los rusos hicieron con Solaris” (una película de ciencia ficción terriblemente aburrida de 1972 dirigida por Tarkovski). Es genial tener a gente que reciba toda esta nueva información y luego ver cómo se ponen a hacer algo. (pone una profunda voz norteamericana de los años cincuenta) : ¡Mi trabajo está terminado! Es algo que hacen los padres, en serio. No soy un mal padre, en absoluto. Creo que soy un padre bastante divertido. No soy uno de esos padres amigos. Ya sabes, esos padres que dicen: “Oh, mi hijo y yo somos como amigos”. Mi hijo es genial. 

Si debemos creer a las fotos de tu sitio web, él es muy parecido a ti. 

Es mucho más corpulento. Es jugador de rugby. Un tipo deportivo, levanta pesas y todo eso. 

Aun cuando circularon muchas imágenes de Bowie, nunca se vio a un Bowie gordo.

No lo sé. No sé qué pasaría con todos esos músculos si dejara de entrenar… Mi tío Jim solía decir eso. Levantó pesas hasta el día de su muerte. Decía: “Tengo que hacerlo. Si par, me voy a poner gordo”. El tío Jim aprendió cada palabra del diccionario de Oxford, ese fue el trabajo de su vida. Era un tipo extraordinario. Trabajaba en las fábricas de acero de Sheffield. Le encantaba investigar y la academia, tenía una biblioteca fantástica, pero nunca tuvo una oportunidad. La familia de mi madre era muy pobre. Es una pena que no hayan tenido la posibilidad de emplear esa mente. Yo notaba esa frustración en él. Siempre pensé que podría haber escrito algo, sabes. 

En tu página de internet -siendo como eres Bowie- recomiendas muchos libros, pero, sorprendentemente, a pesar de ser Bowie, los libros que recomiendas están lejos de ser oscuros.

Sí. Leo una cantidad de libros realmente ecléctica. Leí todo lo que Stephen King escribió. Me encanta Stephen King. Me asusta muchísimo. Pero también me gusta mucho Julian Barnes, que es otro mundo. 

El primer libro que leí en serio fue ‘En el camino’, de Jack Kerouac, ya que me entró el ansia por salir de Bromley, Penge, Sidcup y todo eso. Croydon… solo quería conducir por todos los estados e ir a California y Big Sur, hasta San Francisco… y pensar: “Dios, quiero hacer eso, no quiero ir hasta la estación sur de Bromley, tomar el puto tren hasta Victoria Station y trabajar en una maldita oficina de publicidad”. 

Si hubieras hecho eso, ¿dónde crees que estarías ahora?

¡Ja, ja, ja! ¿A qué te refieres? ¿Una vida alternativa a la que he llevado? Pienso probablemente en dos. Una habría sido ser pintor a tiempo completo, algo que me hubiera gustado mucho. Y otra habría sido… No estoy seguro de que bibliotecario sea la palabra correcta. Pero algo en lo que estuviera cerca de los libros y la investigación. Me gusta mucho leer detenidamente. Me gustan los objetos. Con todo lo que me gusta internet, nunca podría renunciar a mi biblioteca. Una mujer y una biblioteca: esas son las dos cosas a las que probablemente nunca renunciaría. 

Nic Roeg dijo recientemente que eras “muy estudioso” y que llevabas muchos libros al rodaje de El hombre que vino de ls estrellas. 

(Avergonzado.) ¡Oh, Dios! Pero sí, tenía demasiados libros. Me llevé cuatrocientos libros a ese rodaje. Me asustaba mortalmente abandonarlos en Nueva York, porque estaba lidiando con gente muy pesada y no quería que me robaran ninguno de mis libros. Demasiados ‘dealers’ que entraban y salían de casa…

¿Cómo te veías en aquel momento?

¿Has visto alguna vez el vídeo en el que canto con Cher? El pelo engominado… estaba obsesionado con la ropa teatral y solo me vestía en Sears & Roebuck. Que en mí parecía más estrafalario que cualquier cosa que hayan hecho los diseñadores japoneses. Me vestía como un provinciano terco del centro de Estados Unidos. Camperas chillonas y pantalones de cuadros. Me veía muy mal. Y muy enfermo. Me veía enfermo y muy mal vestido. 

Recuerdo estar en casa de un dealer una noche en que vino Sly Stone. Yo me veía como un norteamericano ultramedio, pero con pelo rubio y rojo aplastado a mi cuero cabelludo, con mucha laca, como se dice ahora, aunque antes se llamaba gomina. Y él entra, me observa y dice (voz irónica de Sly Stone): Ehh, apuesto a que este no toma muchas drogas”. A mí me dio rabia porque ¡sí tomaba muchas drogas! “Cómo te atreves! ¡Soy David Bowie! ¡Tomo más drogas de las que tú hayas visto en tu puta vida!” Fue tan gracioso, muy hilarante. Nos encontramos otra vez mucho después y nos reímos de aquello. Me pareció tan ofensivo. Pensé: “¡Está juzgándome por la ropa que llevo!”. Si eso no es gracioso, qué lo es. Lo único que él pensaba era:”Pero ¿quién es este estrecho?” Y a mí me dio tanta rabia… Yo quería ir y decirle: “¡Déjame mostrarte cuántas drogas tomo!”. 

¿Cuántas drogas tomaste en tu vida?

Oh, cinco… ¡seis! Tomé de todo, desde tranquilizantes para elefantes hasta lo que se te ocurra. Pero toda esta cuestión de las drogas está tan trillada, que no puedo siquiera empezar a hablar de ellas. 

Mientras se acerca la hora de finalizar, conversamos sobre música. Bowie revela que recientemente le pidieron que produjera a Red Hot Chili Peppers y a Marilyn Manson, pero estaba demasiado ocupado para hacer ambas cosas. Da la impresión de que está más cerca de producir a los primeros que al segundo. Menciona que su banda favorita es Asian Dub Fundation, pero confiesa que estuvo un poco distraído últimamente. Esto, declara, fue deliberado durante el proceso de realización del álbum. 

Me alejé de escuchar cualquier cosa estos últimos ocho meses -dice. Y añade-: Por desgracia no pude alejarme de Ricky Martin, ya que hablamos de prodigios…”

Él habla favorablemente de ti en las entrevistas. 

Bowie emite un ruido extraño.

“Ehhh… ¡Lo sé! Por eso soy cuidadoso en esa cuestión. No sé. No sé demasiado sobre él o sobre su música. Es solo que no dejo de verlo en la tele, y que está todo el rato en la radio y cosas por el estilo. No es irritante como otros. Solo estoy al corriente de su presencia… ¿Estoy quedando bien con esto?”

Echa la cabeza hacia atrás y se ría como solo puede hacerlo un hombre que odia Croydon. 

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