jueves, 19 de marzo de 2020

Entrevistas 1983-1984


The Face (Reino Unido), David Thomas, mayo de 1983

Si miras viejas fotos de tu pasado, o las cubiertas de tus viejos álbumes, ¿qué piensas cuando te ves a ti mismo, digamos, como en ¨Pin Ups”? ¿Qué piensas de ese tipo que te observa desde el pasado?

Pienso: “¡Dios mío, cómo podías vivir con esa pinta!”. Creo que visualmente fue divertidísimo. Era casi dadaísta. Todo era tan irreal. La verdad es que estoy bastante orgulloso de aquello. Pero se acabó, en serio, para bien. Me parece difícil conectar con aquello ahora. No puedo evocar el entusiasmo de aquel momento. Ni sé cómo pude sentir tanto entusiasmo. Es muy divertido. Por mi propia supervivencia como persona, observo todo aquello con bastante objetividad y distancia. 

Otra cosa que noté en la conferencia de prensa fue que no respondiste cuando alguien te pregunto sobre tu gira de 1976 y tu comentario entonces de que Gran Bretaña estaba madura para una guerra civil. Y aquel saludo en la parte trasera del mercado y demás. Cuando recuerdas eso, o la famosa entrevista con Michael Watts que salió en la portada de Melody Maker, ¿qué piensas de la persona que decía esas cosas? ¿Estás de acuerdo con alguna de ellas? ¿Creías en ellas entonces?

Casi tenía una antena. Me refiero a que, sí, tenía una antena. Aún la tengo, creo, para las inquietudes del momento, el Zeigeist. Esa es la mejor palabra. Dondequiera que esté, siento de manera muy potente la atmósfera. Y sentía esas cosas e el aire. Aquello del saludo nazi fue muy anterior a la emergencia del Frente Nacional en Inglaterra, y simplemente lo sentí. No estaba al corriente en absoluto de que esa situación estuviera teniendo lugar en Inglaterra, pues desde hacía años yo no vivía allí. Lo sentí y entonces, como digo, al estar tan fragmentado y apartado, parecía encajar con mis propias ideas sobre el mito de la Gran Bretaña artúrica, en el que estaba increíblemente interesado, la ‘inglesidad’ de lo inglés y todo eso. Y simplemente parecía tener sentido en aquel momento. Era más la mitología que la actualización o la formación de algo tan horroroso como el nuevo partido nazi. Por la misma razón, ahora miro hacia atrás y pienso: “Qué increíblemente irresponsable”. Pero yo no estaba en condiciones de ser responsable, en absoluto. Que yo recuerde, era la persona menos responsable que hubiera en ese momento.

¿Alguna vez hiciste terapia o algún tipo de tratamiento psiquiátrico? Parece como si hubiera un punto en tu vida en el cual asumes la responsabilidad de ser quien eres.

No. Debo decir que siempre fui sumamente incrédulo respecto a las terapias. Simplemente, tomé la decisión de abandonar Estados Unidos a partir de la de unos amigos míos. Quiero decir… realicé aquella gira de 1976 ciego. No recuerdo nada.

Eran conciertos muy alienantes.

Definitivamente, yo no tenía sentimientos. Era casi como si un zombi saliera de gira. Y luego simplemente me sentí más cómodo en Berlín, mi apartamento. 

¿Te consideras a ti mismo “músico”, en el sentido de un tío que agarra una guitarra y toca para su propio deleite?

En este último álbum me sucedió. Por primera vez en mucho tiempo, volví a caer en ese rol, el rol de ponerse en serio a escribir canciones en el piano. Creo que soy compositor más que músico.

A la edad que mi hijo tiene ahora, yo sabía exactamente lo que iba a pasar conmigo, que iba a hacer algo muy importante.


¿Qué pensaban tus amigos?

Nunca le dije nada a nadie. Nunca le dije a nadie que iba a ser importante. Había una persona en mi clase, en la escuela, que pensaba que iba a ser más importante que yo. Su nombre era George Underwood, y creo que verdaderamente es más importante; pero no ha sido reconocido como tal. Pero, de verdad, pensaba que mi destino era hacer algo importante, una gran intervención en una cosa u otra. 

Has decorado con cuadros tuyos los programas de giras anteriores, ¿verdad?

Sí, hay un cuadro de Mishima que hice. ¿O fue para Iggy Pop? Iggy me pidió que le dejara usar un retrato suyo que pinté para la contraportada de su libro, pero esos son los únicos dos que ahora recuerdo.

¿Llevas contigo aún una biblioteca de viaje?

¿Cómo te enteraste de eso?

Cuando era adolescente me leía cualquier historia que se publicara sobre David Bowie.

¡Dios mío! Sabes, esto es muy extraño, pero cuando fui a ver a Nic Roeg para la película en Nuevo México, me llevé conmigo cientos y cientos de libros. Es una de esas cosas con las que yo era… bastante desagradable. Intentaba encontrar un libro para Nic que tratara sobre alquimia o algo así. Y tenía unos armarios que eran más bien como las cajas en las que suelen embalarse los amplificadores, y llevaba todos estos libros a todas partes, y cubría el suelo con ellos, eran, lisa y llanamente, montañas de libros. Y Nic allí, me miraba y me decía: “Tu gran problema, David, es que no lees lo suficiente”. Y ni siquiera pensé que aquello fuera gracioso hasta meses más tarde. Yo estaba tan eufórico que pensé que realmente hablaba en serio. Y me deprimí y pensé: “¿Qué más debería leer?”. En ese momento no se me ocurrió que fuera una broma. ¡Ya no viajo con tantos libros! Aunque debería decir que, gracias a aquel periodo de mi vida, tengo una colección de libros extraordinariamente buena. 

¿Es tal vez una compensación por haber dejado la escuela siendo bastante joven y no ir a la universidad o algo así?

Sí. Siempre he sido un autodidacto, a veces en las áreas equivocadas. Aún soy un lector ávido. Leo constantemente. Nunca estoy sin un libro. Prefiero mucho más la compañía de un buen libro que de un programa de televisión, a no ser que el programa de televisión sea de verdad bueno. 

Lees dos o tres libros…

¿Al mismo tiempo? Sí. Y los tengo todos abiertos en alguna página.

Tu película, “Feliz Navidad, mister Lawrence”… Personalmente espero ansioso esa mucho más que “El Ansia”.

Yo también, y con razón, “Feliz Navidad, mister Lawrence” es una película mucho mejor.

Detesto las fiestas porque siempre me siento nervioso en ellas. Nunca sé qué decir. Es como estar al límite. Mi remedio solía ser estar absolutamente drogado.

¿Eres alguien que atesora posesiones? ¿Qué discos llevarías a una isla desierta?

Mi biblioteca. Creo que eso es más o menos lo único. En lo que a los libros respecta, soy muy materialista. Creo que eso sería lo que me llevaría. Cuando estoy relajado, lo que hago es leer. 

Cuando estoy trabajando en una película, escucho mucha música. Cuando estoy escribiendo música, me sucede algo horrible: comienzo a analizar todo lo que escucho; no puedo ni siquiera oír la radio. Cualquier cosa que oiga, de inmediato la desmonto pieza por pieza, y rastreo todas las influencias -de dónde proviene, cómo fue construida exactamente en el estudio, qué ecualización le pusieron a la batería, es horrible. 


No puedo recordar exactamente la última vez que me enojé. Esa parece ser otra emoción que siempre pude controlar. Probablemente, debería dejarla volar un poco más, pero no lo hago. Encuentro que todo es tan transitorio que al final no me molesta. Pero si hay una cosa por la que recuerdo haberme enojado en concreto fue por la reacción de RCA ante “Low”. Primero, me dio una rabia increíble, y luego, una depresión de meses. En serio, fue horrible el trato que dieron al álbum y su reacción ante él. Fue espantoso, pues yo sabía lo equivocados que estaban al respecto. Obviamente, no tenían la menor idea sobre música moderna, porque aquello fue… En cualquier otro contexto habría sido una supercomposición. Simplemente, genial.


¿Aún sigues teniendo miedo a volar?

No, volé constantemente durante estos últimos cinco años. 

¿Cómo lo solucionaste?

Simplemente parecía un rasgo de mi carácter… tan estúpido. Es mucho más seguro volar que conducir, y yo conduzco mucho. La primera que volé fue a causa de Iggy Pop. No había forma de que yo llegara a hacer esa gira. No había barcos y yo no quería defraudarlo. Ese fue el primer vuelo que tomé después de mucho tiempo, para ir y ser su pianista. 

¿Cómo fue aquel primer vuelo?


¡Fue maravilloso! Resultó increíblemente bien. Ahora he visitado bastantes veces la cabina de mando de un avión y creo que cualquiera al que le asuste volar, si se sentara allí durante el despegue y el aterrizaje, se sentiría mucho mejor, en serio. A pesar de que estuve en la cabina de mando un par de veces con algunos pilotos norteamericanos y me asustó que dieran tanta responsabilidad a tipos como ellos. Algunos de estos pilotos vaqueros desaceleraban los aviones como si fueran a caballo. Decían: “Dios, que noche tuve ayer”, y yo pensaba: “¡Dios mío!”

New Musical Express (Reino Unido) Charles Shaar Murray, 29 de Septiembre de 1984

Dos de los temas de Iggy -“Tonight”, que es un dueto nada menos que con Tina Turner, y “Don’t Look Back”- reciben un tratamiento de reggae, algo que sorprende un poco, pues el único coqueteo previo con los ritmos jamaicanos fue con “Yassasin”, de “Lodger”, y Bowie declaró en aquel momento que no se había introducido en el reggae y que procuraba dejarlo a un lado. ¿Qué cambió en su cabeza en relación con la música de Jah?

¡Creo que fue la caja de ritmos! -lanza una carcajada-. Estaba tratando de reelaborar “Don’t Look Back” y no funcionaba. Lo intenté desde todos los ángulos posibles. Probé con el jazz-rock, probé con una marcha, luego simplemente le puse un ritmo que sonaba como el viejo ska y cobró vida. Al sacarle energía al lado musical, la letra se reforzó y le devolvió una fuerza que le era propia. Creo  que trabajar con Derek Bramble ayudó muchísimo, porque él tocaba líneas de bajo apropiadas para el reggae…


“God Only Knows” la hice por primera vez -o traté de hacerla- con Ava Cherry y la gente de The Astronettes cuando tuve la idea de hacer un grupo con ellos. ¡Todo aquello quedó en nada! Todavía tengo las cintas, sin embargo. Parecía una buena idea en aquel entonces y nunca tuve la oportunidad de grabarla con nadie, así que pensé en hacerla por mi cuenta… Quizá esté un poco edulcorada, supongo. 

¿Tocaste tú en el álbum?

No, no toqué. En absoluto. Más bien dejé que tocaran los demás. Debo decir que yo simplemente llegué con las canciones, las ideas y cómo debían ser tocadas, y luego vimos cómo podríamos resolverlo. ¡Fue genial! No trabajé mucho en esos términos. ¡Me sentía muy culpable! Escribí cinco o seis piezas y canté mucho, y Hugh Padgham -el ingeniero de sonido- y Derek les dieron un sonido común a todas. En ese sentido, fue agradable no estar involucrado. 

Por extraño que parezca, el tema que abre el álbum, “Loving the Alien”, presenta algunos “ah ah ah”, coros que son reminiscencias de “O Superman, de Laurie Anderson.

No, en realidad eso es de Philip Glass, recuerda más a “Einstein on the Beach”, pero puede que Laurie también pensara en algo así.

Estoy buscando un sonido particular y aun no he llegado a él, y probablemente no ceda en esta búsqueda hasta que lo consiga. 


El año pasado solías citar a John Lennon: “Di lo que piensas, hazlo rimar y pon ritmo detrás…”.

Sí, lo sea, y John fue excesivamente bueno en eso, pero lo que yo termino haciendo se apoya en una base muchísimo más serena. Además, tener mucho dinero es problemático a la hora de cambiar las cosas…

La gente, a menudo, no se toma en serio a socialistas millonarios, como Ray Davies y Pete Townshend. 

Lo sé, y es mejor no ser uno de ellos, aunque yo sí que me los tomo en serio. Me tomo muy en serio a Pete. Está absolutamente comprometido con ese estilo de vida, con expresar aquello en lo que él cree. Pete bien bastante razón: tiene mucho sentido para la gente que las así llamadas profesiones artísticas incursionen solo en ámbitos sobre los que tienen conocimiento.

Creo que a no ser que uno tenga una comprensión aguda de los conflictos sociales de la actualidad, es muy peligroso incursionar en otros ámbitos sobre los que acaso se esté mal informado por aquellas fuerzas que te empujarían hacia un lado del camino. Es muy importante no ser guiado, y en el ámbito político creo que es arriesgado para muchos artistas, incluyéndome a mí mismo, tener solo una comprensión superficial del sistema social y político y declararse seguidor de cualquier bandera política. 

La canción del nuevo álbum que se mete más severamente con los placeres y displaceres de la lucha por la unidad es la que abre el álbum, “Loving the Alien”. También roza cuestiones que Bowie nunca había abordado antes: la religión y la historia. 

No encaja mucho, en realidad, ¿verdad? Fue la pieza más personal del álbum para mí; no quiero decir que las demás fueran escritas con distancia, pero tienen un tono mucho más ligero. En esa canción estoy obsesionado con la idea de la horrenda mierda que hemos tenido que tolerar a causa de la Iglesia. Fue así como comenzó: por alguna razón yo estaba muy enfadado. 

Naturalmente, no escuchas a la gente que lleva crucifijos hacer declaraciones semejantes:

Ya sé… esto -señala con un dedo el crucifijo que lleva en el cuello-, pero es estrictamente simbólico, responde a una terrible y agobiante superstición de que si no lo llevo puesto, voy a tener mala suerte. Ni siquiera tiene un significado religioso para mí, rara vez he pensado en él como un crucifijo, probablemente porque es muy pequeño… Lo innegable con respecto a la Iglesia católica es que siempre tuvo mucho poder.

Siempre fue una herramienta de poder más que cualquier otra cosa, algo que antes no era tan patente para la mayoría de nosotros. Nunca pensé en ella como.. Cuando era niño, simplemente iba a la iglesia a escuchar el coro y oír las canciones, y nunca me di cuenta del peso que tenía. Mi propio padre era una de las pocas personas que conocía las demás religiones. Él -y este es un abuso de la palabra- toleraba a budistas, musulmanes, hindúes o mahometanos, o a quienes fuera; era un gran humanista en esos términos. Creo que algo de todo eso tuvo influencia en mí y me animó a interesarme por otras religiones. Así que no había una religión obligatoria, a él particularmente no le preocupaba la religión inglesa, la religión del rey Enrique. ¡Dios!

Se me ocurrió “Alien” porque tuve la sensación de que buena parte de la historia está equivocada -como se redescubre todo el tiempo- y de que en buena medida nos basamos en el conocimiento equivocado que hemos cosechado. Ahora, hay un historiador que defiende que toda la idea de Israel es equivocada, y que Israel, de hecho, se situaba en Arabia Saudí y no en Palestina. Es extraordinaria la cantidad de malas traducciones de la Biblia con las que están dirigiendo nuestras vidas a causa de esta desinformación, y que mucha gente haya muerto a causa de ello, y todas las facciones de poder que están involucradas…

La conversación se mueve lentamente hacia el cine, incluyendo un par de cosas que no están aun sobre la mesa, como la supuesta contribución que Bowie quiso hacer: la próxima adaptación de “1984”, de nuestro viejo amigo el señor Orwell, protagonizada por John Hurt en el papel de Winston Smith y Richard Burton como O’Brien. 

No, no voy a hacerlo. Se habló en algún momento de que lo haría, pero no tengo el tiempo suficiente. Vi algunas partes y creo que es una película fabulosa. Muy, muy buena.

Luego la pequeña cuestión de un papel de villano en la próxima película de James Bond, un papel que supuestamente Sting había rechazado previamente.

Está absolutamente fuera de cuestión. Sí, me lo ofrecieron. ¿Después de ofrecérselo a Sting…? Pienso que más bien ha sido al revés. Creo que probablemente sea un papel interesante para un actor, pero para alguien del rock es más bien una bufonada. Y no quería pasarme cinco meses viendo a mi doble cayendo de montañas. 


Lo interesante del rock es que nunca piensas que vaya a durar mucho más. Luego, cuando te das cuenta de que ha… Yo tengo treinta y siete años, pronto cumpliré treinta y ocho, y me veo pensando: “¡Todavía estoy en esto!”
Fuente: Bowie por Bowie - Entrevistas y encuentros con David Bowie - Sean Egan - Libros Cúpula.

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