Time Out (Reino Unido), Dominic Wells, 30 de agosto y 6 de septiembre de 1995
(Extractos)
Outside quizá requiera unas cuantas audiciones; acaso haya, en setenta y cinco minutos, unos cuantos temas que se vayan a saltar; pero es lo mejor de Bowie en quince años, y él lo sabe. Bowie alardea al declarar: “¡Y decían que ya era historia!”.
Bowie encarna varios personajes que van desde los catorce hasta los setenta y ocho años. Musicalmente, además, abarca varias generaciones con viejos compinches suyos: Mike Garson en el piano, Carlos Alomar en la guitarra rítmica.; Reeves Gabriels en la guitarra principal; Erdal Kizilcay en teclados y bajo, y David Richards como ingeniero. El resultado es una fusión extraordinaria de sonidos, ritmos y naciones que se oye como un cruce actualizado entre Lodger y My Life in the Bush of Ghosts.
Sus ojos desiguales son en verdad desconcertantes (pese a que no lo notarás en nuestra portada, gracias a las lentes de contacto azules).
¿Cuál es el origen de este álbum?
Bowie: Un momento crucial para nosotros en realidad fue la boda.
Eno: Eso es absolutamente cierto, fue allí donde lo hablamos por primera vez.
Bowie. Yo acababa de empezar con los temas instrumentales para el álbum Black Tie White Noise y tenía unas cuantas, solo como piezas instrumentales para la boda, pues habían sido escritas un pco con la idea de la ceremonia nupcial. En ese momento, Brian estaba trabajando en Nerve Net, y nos dimos cuenta de pronto de que nuevamente estábamos tomando el mismo rumbo.
Eno: Es interesante que ocurriera en la celebración de la boda, ¿verdad? Todos estaban allí y comenzamos a hablar y David me dice: “¡Tienes que escuchar esto!”. Fue hasta donde estaba el encargado de la música y le dijo: “No, quieta eso, pon esto”.
Resulta extraño que en tu último álbum volvieras con Nile Rodgers, con quien tuviste tu mayor éxito comercial (Let’s Dance) y ahora vuelves con Brian…
Eno: ¡Con quien tuviste tu menor éxito comercial!
Con quien recibiste algunos de los mayores elogios de la crítica.
Bowie: Por extraño que parezca, le dije a Nile más o menos lo mismo que Brian me dijo a mí: “Mira, no vamos a hacer una continuación al uso de Let’s Dance”. Yo acababa de salir del periodo de Tin Machine, algo que para mí fue un ejercicio realmente liberador, y quería experimentar en Black Tie. Me enamoraba la idea de hacer un híbrido del alma eurocéntrica, pero había también piezas como “Pallas Athena” y “You’ve Been Around” que jugaban más con la música ambiental y el funk. Luego hice un álbum en el ínterin que fue muy importante para mí: Buddha of Suburbia.
Eno: ese fue un disco que me entusiasmó. De hecho, te escribí una carta en la que te decía que ese disco había sido injustamente subestimado. Me pareció que se debe a que era una banda sonora y, como la gente acostumbra a decir: “Eso no es música de verdad”. Me parece tan increíble que la comunidad crítica sea tan sorprendentemente corta de miras en su campo de referencia.
Bowie: Lo genial que Brian hizo con mucha de la improvisación es que teníamos relojes, radios y cosas cerca del sampler, y él, digamos, encontraba una frase en la radio francesa y la sumaba rítmicamente, así que se volvía parte de la textura. Y la gente reacciona a eso, tocaba de forma diferente porque seguían suscitándose esos sonidos tan extraños.
Eno: Sí, y él hacía lo mismo con las letras. En paralelo, David improvisaba las letras, teníamos libros, revistas y recortes de periódicos a nuestra merced, y él extraía frases que iba poniendo juntas.
Bowie: Si te las leyera, algunas te parecerían completamente incomprensibles.
Si un estudiante de lengua inglesa, en un curso de poesía o algo así, se sentara a intentar analizar tus letras, ¿estaría perdiendo el tiempo?
Bowie: No, porque creo que en la actualidad hay muchas referencias para ellos sobre lo último que se ha escrito en el siglo XX, desde James Joyce hasta William Burroughs. Yo provengo de una escuela tradicional de deconstruir las frases y volver a construirlas en lo que se considera un método azaroso. Pero en ese azar hay algo que percibimos como una realidad que, de hecho, nuestras vidas no están ordenadas, que no tenemos principios y finales ordenados.
Bowie: Si nos diéramos cuenta de cuán increíblemente compleja es nuestra situación, simplemente moriríamos por el impacto.
A mucha gente le impactó que hicieras un mural de papel pintado.
Bowie: Bueno, no es muy original. Robert Gober y muchos otros, incluso Andy Warhol, ya lo hicieron. Es solo parte de una tradición.
¿Te duele que mucha gente esté caminando por Londres diciendo: “David Bowie, qué imbécil pretencioso”?
Bowie: No recreado una vez en que no se haya dicho eso, sin embargo, ¿cuál es la diferencia? Es solo una chaqueta de diferente color. No me duele en absoluto.
Bowie: Yo trabajo porque es una forma genial de no tener que trabajar en una tienda -ser compositor, músico, artista, pintor y escultor-, es genial hacer todo este material, no podrá describirte lo emocionante que es. De verdad, es genial.
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